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Reformas

¿Cuál es el mejor mes del año para iniciar una reforma?

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Mejores meses para hacer reformas

¿Verano o invierno? ¿Cuál es la mejor temporada para iniciar una reforma en el hogar? Estas suelen ser las preguntas que más se repiten a la hora de plantearse la posibilidad de reformar algunas áreas de una casa. Sin embargo, a pesar de que la respuesta más obvia puede ser: ‘cuando llegue el buen tiempo’, lo cierto es que no existe un mes perfecto para comenzar con una reforma, puesto que todo dependerá de la ubicación del hogar, el tipo de reforma y los materiales a utilizar.

Pros y contras de cada temporada para hacer reformas

Para tomar la decisión más acertada es necesario tener en cuenta todos los pros y los contras de cada temporada, por lo que la decisión de reformar o cambiar alguna estancia de tu hogar dependerá de tus necesidades y requerimientos puntuales. No obstante, sí existen algunas claves y consejos que te podrán ayudar a tomar esta decisión.

En verano: Uno de los principales beneficios de hacer una reforma en la temporada estival es que permite tener un mejor control de las obras al tener más tiempo disponibles por las vacaciones. Sin embargo, hay algunos materiales que se pueden ver afectados en su composición a causa de las altas temperaturas. El cemento, el yeso, el barniz y la pintura suelen tener un mal secado por el efecto del calor, causando que se agrieten. Por esa razón, es preferible evitar realizar obras en esta época en caso de vivir en una zona muy calurosa. Además, otro de los puntos a considerar son las vacaciones del ayuntamiento y de las grandes empresas y almacenes donde se comercializan los materiales a utilizar, por lo que también podría ralentizar la obra en caso de elegir estas fechas. Por lo tanto, se recomienda evitar la temporada que va desde mediados de julio hasta septiembre.

En invierno: Generalmente, la temporada de invierno es considerada como una buena época para realizar reformas en el hogar, dado que cuenta con temperaturas favorables para ciertos tipos de materiales y también hay más facilidad para encontrar los materiales en los almacenes y contratar a los profesionales. No obstante, también se debe considerar el lugar exacto donde se encuentra ubicada la casa y la posibilidad de elegir las semanas menos lluviosas de la temporada, evitando así la paralización de las obras por lluvias. Asimismo, se debe considerar los días festivos de esta temporada, empezando por el puente del 6 al 8 de diciembre y las vacaciones por convenio del sector de construcción y los almacenes desde el 22 de diciembre hasta el 7 de enero, por lo que unas de las peores fechas para iniciar reformas en el hogar, son las que van desde el 6 de diciembre hasta el 7 de enero.

Desde el 8 de enero hasta el 15 de julio: la mejor época para reformar

De esta manera, se puede determinar que desde el 8 de enero hasta el 15 de julio es la mejor época para realizar una reforma, dado que, excepto por Semana Santa y algún otro día festivo, la mayoría son días laborales y al llegar lo meses de primavera se podrá contar con una mejor ventilación sin humedad ni calor para que los materiales logren un secado rápido y óptimo.

Suhail Prato Editor

Licenciada en Literatura, escritora por vocación y lectora por convicción. Amplia experiencia en redacción de ensayos críticos y artículos periodísticos en diversos medios digitales y plataformas en RRSS. Blogger y Copywriter.

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Reformas

¿Cuánto cuesta hacer una piscina en casa?

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Cuánto cuesta hacer una piscina en casa

Los parques acuáticos están muy bien, pero ¿has pensado en lo beneficioso que sería tener tu propio espacio para nadar? De un proyecto como construir una piscina puedes esperar un espectacular jardín, que se inundará de emociones de todos los integrantes del hogar. Además, contar con una piscina le proporcionará un valor añadido a tu vivienda, que si en el futuro te planteas venderla, tendrá un precio superior al esperado. Así que resulta una interesante inversión, lejos de ser un reto imposible de afrontar. A tal efecto, en este espacio te contamos cuánto cuesta hacer una piscina en casa

¿Cuánto cuesta instalar una piscina en casa?

Antes de responder a la pregunta de cuánto cuesta hacer una piscina en casa, deberás saber que el costo depende de distintos elementos. Tales como las medidas, los materiales, la preparación del terreno, los equipos, la situación, la estética y más. No obstante, para que tengas una idea más concreta, te nombramos los distintos tipos y sus valores estimados

Enterrada

Se asemejan un poco a las piscinas de obra tradicional, solo difieren en los materiales empleados. En términos generales, pueden medir 4,5 x 3 metros y costar alrededor de 13 000 euros. Aun así, el presupuesto debe contemplar la licencia de obra que realiza un arquitecto o ingeniero en torno a 900 euros. En algunas comunidades hará falta un estudio para determinar la fortaleza del suelo y otros factores de seguridad, por lo que tendrás que desembolsar 800 euros adicionales. 

Piscina enterrada
Piscina enterrada

Prefabricada

La ventaja de la piscina prefabricada es que está lista, únicamente demanda la excavación del lugar donde se va a montar (si es que no es elevada), conexión del paso de agua y la electricidad. El costo de una piscina prefabricada dependerá de la compañía que contrates, normalmente se ubica en un rango entre 8000 y 10000 euros

Desmontable

La piscina desmontable está entre las alternativas asequibles y funcionales. No hace falta llevar a cabo un proceso de excavación, porque es elevada. Pero es posible que requiera de una base de cemento o un tapiz lo suficientemente fuerte para no debilitar algunos de los materiales. Encontrarás una gama de precios en portales como Amazon, El Corte Inglés, Decathlon y otros. La de PVC con estructura de metal costaría 130 euros, 1500 euros una de madera ovalada y una piscina de acero redonda 1150 euros

Piscina desmontable

Obra

Una piscina de obra de dimensiones estándar, sin contemplar los gastos de licencia ni mejoras estéticas, puede ocupar de 8350 a 11000 euros. Nos referimos a un precio básico, puesto que estas piscinas requieren de mucho material, esfuerzo laboral, permisos y equipamiento.  

¿Qué tanto cuesta llenar una piscina? 

Para que el agua cumpla con los requisitos de salubridad, hay que asegurarse de que esté en las mejores condiciones. En ese sentido, hay que cambiar el agua de la piscina cada 5 o 6 meses. Y te preguntarás, ¿cuánto puede costar abastecer la piscina? Esto depende completamente del tamaño de la alberca y del precio que se maneje del líquido vital en tu localidad. Es aconsejable que, antes de invertir en hacer una piscina, sepas la capacidad en litros que tendrá. A continuación, una guía para calcular fácilmente el volumen:

  • Si es una piscina circular: diámetro (A) x diámetro (B) x profundidad x 0,79 = m3 de agua.
  • De ser rectangular: longitud x ancho x profundidad media = m3 de agua.
  • En la ovalada: largo máximo x ancho máximo x profundidad media x 0,89 = m3 de agua.

De acuerdo con el portal nadar.es, el coste promedio del metro cúbico en el país es de 1,16 euros. Entonces, si adquieres una piscina de 90 000 litros, pagarías 104 euros cada vez que decidas renovar el agua. Con la ayuda de herramientas como las purificadoras, los robots limpiafondos y tratamientos tendrás que hacer el llenado pocas veces al año.  

¿Cuánto se paga por una piscina de obra?

Si vas a elaborar un presupuesto, debes considerar estos factores:

  • Mano de obra. Engloba vaciar el terreno y preparar el hoyo de la piscina que puede costar cerca de 1 000 euros. Aunado a eso, haría falta la  cimentación y los muros por 5 800 euros, el revestimiento de 1 400 euros y las instalaciones por 2 700 euros. 
  • Materiales. Se trata de hormigón, hormigón gunitado y revestimiento de gresite u hormigón armado. Igualmente, el revestimiento de liner es más económico. 
  • Forma de la piscina. Mientras más delicados y rebuscados sean los diseños, más caros saldrán. La forma rectangular es la que cuesta menos.  
  • Instalación. Al ser una piscina enterrada, hay que tratar más el terreno.
  • Dispositivos. El más habitual es la depuradora, cuyo modelo más completo ronda los 600 euros. Asimismo, figuran filtros, sistemas de cloración y limpiafondos.
  • Otros. Hay toda una gama de accesorios (escaleras, luces, vallas y demás). 
  • Licencia. El precio medio se ubica entre 4 % y 6 % del presupuesto.

En resumidas cuentas, una piscina de obra requerirá un desembolso completo de 8 500 a 19 000 euros.  

Mantenimiento de una piscina en casa

No solo basta con tener la piscina, pues hay unos costes añadidos que no puedes pasar por alto. Sin embargo, depende de la regularidad de uso, el tamaño y el tipo. Fíjate cuánto puede costar mantener la piscina:

  • Regulación del pH del agua. Hay que poseer un equipo de análisis del agua para saber el grado de acidez de la misma. Este equipo lo encontrarás en 15 euros y el kit regulador en 20 euros. 
  • Cloración. El cloro se aplica en forma de pastillas o líquido. La necesidad de cada piscina depende del tamaño y cantidad de agua, podrías gastar en cloración hasta 150 euros al año. 
  • Antialgas. Evitar que aparezcan algas en tu piscina puede costar 150 euros anuales. 
  • Floculante. Es un producto químico que se deshace del agua verde al desplazar las partículas al fondo para que los sistemas de limpieza las absorban. Su presentación es líquida o en polvo, al año podría valer unos 50 euros.
  • Fungicidas. Los fungicidas mantienen a los hongos a raya, por lo que tendrás que destinar 50 euros al año para mayor tranquilidad. 

Ahora que sabes cuánto cuesta hacer una piscina en casa, empieza la aventura. ¡Agradecerás haber tomado esta decisión cuando lleguen los días calurosos!

Redactor con más de 8 años de experiencia como escritor polivalente. Ha formado un número importante de redactores y se desempeña como jefe de redacción en diferentes medios de deporte, salud y tecnología. Entre ellos varios relacionados con el sector inmobiliario como DiariodelDinero.com o Tramitespasoapaso.com. Cuenta con conocimientos avanzados en SEO, marketing digital y gestión de contenidos.

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Reformas

10 errores que no debes cometer al hacer la reforma de una vivienda

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Errores al hacer una reforma

A muchos se nos ha pasado por la cabeza en algún momento llevar a cabo una reforma en casa, y aunque creamos que puede resultar sencillo, la verdad es que esto requiere más que sólo de una buena intención.  

Los errores en una reforma en casa son muy comunes, sobre todo cuando las reparaciones se vuelven un desastre y extienden el tiempo previsto para hacer la renovación; terminas perdiendo meses, incluso años.  

Pero descuida, no todo debe ser negativo, además, tampoco buscamos desanimarte, sólo queremos ayudarte y por ese motivo hoy te explicaremos al menos 10 de los factores que debes tomar en consideración antes, durante y después, de cualquier cambio o reforma. Eso sí, partiendo de las sugerencias de los expertos en la materia para que de esta manera acabes disfrutando la experiencia. 

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Reforma

Los 10 errores más comunes en las reforma de una vivienda

1. No tener en cuenta imprevistos 

Los imprevistos pueden suceder en cualquier plan, y por supuesto, las reformas no son una excepción. Para estos casos, Alba V. Codesido, fundadora del estudio de arquitectura y diseño de interiores Basamenta explica que “uno de los imprevistos más comunes con los que te puedes encontrar, sobre todo en viviendas antiguas, son los desniveles de techos y paredes. Es algo que no es fácil de detectar y que puede ocasionar un buen susto a la hora de rematar la obra y colocar la carpintería”. 

Tuberías rotas, reforzamiento de paredes… Son muchos los otros inesperados que pueden aflorar, y no es cuestión de ser adivino y predecir los inconvenientes que puedan surgir, pero para evitar sufrir en estos casos es importante tener una base económica extra que te permita solventar estas situaciones.  

2.  Estética antes que funcionalidad 

Por supuesto que si llevas a cabo una reforma en casa esperas a que el resultado sea uno bonito. Pero antes que nada debes tener en consideración que la comodidad es el foco principal en el que debes enfocarte al iniciar el proyecto; a la larga lo agradecerás.  

Por ejemplo, si lo analizas bien, la dirección de la casa es importante para recibir más horas de luz y de esa manera ahorrar electricidad. También, la iluminación en la cocina, en el armario o en lugares de trabajo será una decisión que con el tiempo te premiará.  

En ese sentido, El País citó a Ramsés Jiménez y Laura Pol, interioristas fundadores del estudio RÄL 167, ambos aconsejan que lo más importante es ser realista con las necesidades y el presupuesto del que se dispone. Entonces según su opinión “hay que jerarquizar y tratar de buscar las mejores calidades que puedan costearse, pero sin generarse unas expectativas inalcanzables”. 

3. No permitir asesoría 

Iniciar este proceso es sinónimo de depositar tu confianza y dinero en el contratista o arquitecto que trabajará en la reforma. Por tal motivo, debes confiar en su experiencia.  

De acuerdo con Codesido “el cliente es el agente principal de una reforma, su visión es esencial para lograr que el resultado sea satisfactorio, pero ha de dejar espacio a los profesionales en el asesoramiento estético, técnico y de ejecución”. 

De igual forma, insta a ponerse en manos de un buen profesional y permitir que este le guíe en sus gustos y necesidades personales; pues este es quien puede materializar sus deseos y que así ambas partes queden satisfechas.  

4. No solicitar varios presupuestos 

Se sugiere al menos contar con tres presupuestos de proyecto y además un encuentro formal en persona con cada uno de los posibles candidatos.   

Alba V. Cosido indica que el proceso de selección no debe ser guiado exclusivamente por el aspecto económico. “Hay que buscar antes referencias y asegurarte de que sean buenos profesionales, serios y con personal suficiente para llevar la obra a cabo a tiempo”. 

5. Aferrarse a un presupuesto irreal 

Uno de los errores más comunes es no acotar en el presupuesto inicial hasta el último gasto. Para evitar esto se debe tener presente desde las grandes partidas hasta otras más insignificantes como picaportes o luminarias.  

6. No planear mentalmente la distribución del espacio 

Reflexionar sobre dónde irá ubicado el sofá, la tv, las luces… requiere de un plan mental ¿Por qué? Sencillo, resulta que al idealizar un poco lo que deseas podrás saber bien qué vas a necesitar y la funcionalidad para la vivienda.   

7. Comprar muebles antes de finalizar 

Tomando en cuenta el punto anterior, aunque ya tengas en mente una idea de los espacios de casa, no debes adelantarte a comprar los muebles antes. Pues en ocasiones el resultado final puede distar un poco de la idea original, y al final te quedarás con muebles que no encajan bien. 

8. No estar al tanto de lo que sucede 

“El cliente debe implicarse de forma muy activa, sobre todo, en la fase de toma de datos, dando un relato detallado a los interioristas durante el proceso de diseño para que este sea certero”, explica el estudio RÄL 167. No prestar suficiente atención puede pasar factura más adelante. 

9. Ser impaciente con el plazo de entrega 

Las reformas llevan su tiempo, y, por lo tanto, es necesario armarse de paciencia y aceptar que los plazos son orientativos y no definitivos.  

Pero en caso que necesites entrar a vivir en una fecha concreta sin posibilidad de dilatarse el trabajo en el tiempo, debe establecerse como una cláusula en el contrato de obra. 

10. No disfrutar la reforma

Aunque han satanizado mucho la experiencia de una reforma, si piensas en un plan b para los posibles inconvenientes que pudieran surgir en el camino, posiblemente terminarás con una experiencia enriquecedora.

Licenciada en comunicación social egresada de la Universidad Santa María de Venezuela, con más de cuatro años de experiencia específicamente como periodista web y como Content Manager.

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¿Qué diferencias hay entre una obra mayor y una obra menor?

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diferencias entre obra mayor y obra menor

Son muchas las dudas e inquietudes que surgen a la hora de llevar a cabo cualquier tipo de reforma en nuestro hogar, siendo la solicitud de licencia una de las más recurrentes. Y es que, en efecto, se necesita una licencia de obra para realizar cualquier tipo de modificación o intervención en una vivienda o un local comercial, por muy sencilla que sea. Por ende, según el tipo de obra que se vaya a ejecutar, se deberá solicitar una licencia para obra mayor u obra menor.

La diferenciación y clasificación de estas licencias se recogen en la normativa urbanística de cada municipio, ya sea en las Ordenanzas Municipales o en el Planeamiento General de Ordenación Urbanística. En consecuencia, la calificación de obra mayor o menor dependerá absolutamente de la normativa local sobre uso y edificación.

¿Qué es una obra mayor?

Las obras mayores son todos aquellos proyectos de arquitectura en las que el nivel de complejidad técnico y constructivo requieren de la elaboración y posterior aprobación de un proyecto técnico por parte del Colegio Oficial correspondiente. Por ejemplo, se puede considerar como una obra mayor aquellas reformas que involucren la construcción de una nueva planta, la ampliación de extensión de una edificación existente, las reformas que puedan modificar el conjunto estructural, las intervenciones que suponen una rehabilitación integral de una edificación o vivienda unifamiliar.

En resumen: para realizar este tipo de reformas complejas se debe tramitar la solicitud de licencia de obra mayor en el ente correspondiente dentro del municipio en el que se encuentra la propiedad.

Obra mayor
Obra mayor

¿Qué es una obra menor?

Por otra parte, una obra menor son todas aquellas reformas que se suelen caracterizar por un nivel mínimo de complejidad técnica y una escasa entidad constructiva, lo que supone un proyecto menos ambicioso económicamente. En general, este tipo de obras sencillas no requieren de ningún proyecto técnico avalado por profesionales, dado que consisten en pequeñas reparaciones de naturaleza simple: decoración, limpieza o mantenimiento de acabados que no modifican o afectan los elementos comunes de la edificación, el conjunto estructural, las condiciones de habitabilidad y seguridad, las instalaciones de saneamiento vertical, los ductos de ventilación ni la fachada exterior la propiedad.

Ejemplos de obra menor: todas aquellas reformas interiores o parciales en las que se modifica la tubería existente, pero no se interviene en la estructura; obras de reparación o sustitución de suelos, techos, paredes, chapados y escayolas; renovación de las instalaciones de electricidad, calefacción, fontanería y demás revestimientos.

Obra menor
Obra menor

En conclusión, para poder realizar una obra menor se debe tramitar una Comunicación previa de obras menores o una Solicitud de licencia de obra menor. En ambos casos se deberán presentar los permisos de la obra y la adecuación de la reforma a las normas urbanísticas, de habitabilidad y de diseño actual, garantizando que estas renovaciones no afectan la seguridad estructural de la propiedad. Sin embargo, no se podrán considerar como obras menores todas aquellas que impliquen un cambio de uso en el inmueble. Por ejemplo, el acondicionamiento de un local o un almacén como vivienda no se puede considerar como una obra menor, puesto que se estaría cambiando su uso característico. 

Suhail Prato Editor

Licenciada en Literatura, escritora por vocación y lectora por convicción. Amplia experiencia en redacción de ensayos críticos y artículos periodísticos en diversos medios digitales y plataformas en RRSS. Blogger y Copywriter.

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