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¿Qué es el costo hundido?

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El costo hundido, también conocido como costo inmovilizado, consiste en aquellos gastos que en los que ya se han incurrido y no se podrán recuperar en el futuro. Esto aplica para el tiempo, el dinero u otros recursos que se gastaron en un proyecto, inversión u otra actividad y que no se podrán recuperar. 

En pocas palabras podemos decir que, es un costo que ya se pagó y no se puede reembolsar ni reducir. En ese sentido, debemos destacar un punto importante con respecto al costo hundido, y es que este gasto no debe ser tomado en cuenta en las decisiones económicas de inversión. ¿La razón? Simple, porque ya corresponde al pasado y lo relevante es evaluar las oportunidades de ganancias futuras. 

Entonces ¿Qué pasa cuando hay costes hundidos? La respuesta es: que se asume que se debe escoger una opción frente a diferentes alternativas. La situación planteada obliga a decantarse sobre una de las opciones, asumiendo que la decisión que se tome tendrá consecuencias sobre el futuro, sin necesidad de mirar hacia atrás ya que afectará a situaciones futuras. 

Ejemplo de costo hundido  

Un ejemplo perfecto del costo hundido es el que nos plantea Economía Simple en su página web. El portal insta a imaginar que una empresa plantea un proyecto en el que se presenta un nuevo producto innovador.  

En ese sentido, podemos suponer que el estudio de mercado para abarcar dicho producto cuesta 2.000 euros, mientras que el diseño y modelado del mismo tiene un valor de 5.000 euros. Después, sus servicios de marketing se elevan a 3.000 euros. Por otro lado, se debe sumar el tiempo transcurrido y pasado, la investigación y el modelo planteado, que se elevan a 12 meses. 

Planteada esta situación, se debe tener en cuenta que los gastos que se han realizado, tanto de tiempo, investigación e inversión económica (10.000 euros en total) son costes hundidos, pues no podrán recuperarse, se tome la decisión que se tome. 

Cabe destacar que, no debes fiarte si la inversión es buena o mala solo teniendo en cuenta su evaluación, pues el dinero gastado no influenciará en dicha evaluación. 

¿Qué es el coste de oportunidad?

El término coste de oportunidad también denominado como “el valor de la mejor opción no seleccionada”, consiste en el coste de la alternativa a la que se renuncia cuando se toma una determinada decisión, incluyendo los beneficios que se pudieron haber obtenido de haber escogido la opción alternativa. 

Es decir, el coste de oportunidad son aquellos recursos que se dejan de percibir o que representan un coste por el hecho de no haber elegido la mejor alternativa posible, cuando se tienen unos recursos limitados (generalmente dinero y tiempo). Todo en la vida tiene un coste de oportunidad, y este, aunque en muchas ocasiones no lo veamos, se debe tener en cuenta. 

Tal como explica Rankia en su sitio web, el coste de oportunidad se utiliza en el ámbito financiero y económico como una buena forma de evaluar y cuantificar inversiones cuando tenemos varias alternativas posibles y unos recursos limitados.  

Mientras que para el ámbito empresarial este coste supone un elemento importante objeto de estudio. ya que supone una de las mejores formas de seleccionar inversiones, no por la rentabilidad a corto y medio plazo, sino porque se basa en la rentabilidad futura (beneficios aportados) que podrá reportar cada inversión. 

Costo hundido

Ejemplo del coste de oportunidad 

Civis Lend utiliza un ejemplo perfecto para entender mejor el coste de oportunidad. El sitio web plantea una situación en la que tengamos 100.000 euros ahorrados y se nos plantean dos oportunidades: comprar una casa y ponerla en alquiler por 600 euros mensuales o comprar acciones de una empresa por un valor de 5 euros cada una.  

Finalmente, nos decantamos por comprar una casa que, para simplificar, pagaríamos al contado y nos costaría, con impuestos incluidos, los 100.000 euros de los que disponemos. Al cabo de un año de estar alquilada lograríamos una rentabilidad bruta (sin contar gastos de mantenimiento, comunidad, impuestos, etc.) de 7.200 euros.  

Entonces, supongamos que las acciones que decidimos no comprar, tras los doce meses, han alcanzado un precio de 8 euros. En ese sentido, Civis Lends señala que al multiplicar las 20.000 acciones por lo que resulta de restar su precio actual del precio al que compramos, nos da 60.000 euros. Si a esta cantidad le restamos los 7.200 euros del piso alquilado, el coste de oportunidad será de 52.800 euros, es decir, lo que hemos dejado de ganar al comprar una vivienda en vez de invertir en acciones. 

Licenciada en comunicación social egresada de la Universidad Santa María de Venezuela, con más de cuatro años de experiencia específicamente como periodista web y como Content Manager.

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